La defraudadora de los 1.200 millones de euros cae en España: fin a 10 años de fuga
Mujer en una lista de los más buscados plagada de hombres, fue la única de su organización criminal que logró escapar hasta que la suerte se le acabó el pasado fin de semana
La huida de Sarah Gina Panitzke acabó este lunes. La defraudadora más buscada de Reino Unido terminó en una prisión de Madrid después de casi 10 años en paradero desconocido. Durante la última década se encontraba en busca y captura por orden de las autoridades británicas, que le atribuyen un papel protagonista en una de las mayores estafas del país. Fue condenada en rebeldía a ocho años de cárcel. Panitzke ha sido durante este tiempo toda una anomalía. Mujer en una lista de los más buscados plagada de hombres y la única de su organización criminal que logró escapar de la acción de la Justicia hasta que la suerte llegó a su fin el pasado fin de semana.
Su foto ha sido una constante en este 'ranking' de huidos que se actualiza periódicamente. Mediana edad, cabello rubio, ojos azules. Reino Unido la acusa de ser la pieza esencial de un fraude de impuestos en España, Dubái y Andorra a través del cual llegaron a lavarse 1.000 millones de libras. Se fugó en 2013 antes del juicio en su contra y fue detenida en Cataluña por la Guardia Civil hace solo unas horas. Su arresto provocó tal expectación que dos funcionarios británicos del servicio aduanero solicitaron estar presentes en la comparecencia. Tras negarse a ser entregada, esperará en prisión la tramitación de la entrega. El juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea decidió su encarcelamiento a la vista del evidente riesgo de fuga
Según publicó el 'Daily Mail', Panitzke creció en una gran casa unifamiliar en el pintoresco pueblo de Escrick, cerca de York. Contaba con vínculos con España, donde veraneaba desde niña en la segunda residencia de sus padres —situada en la Costa Blanca— y donde estudió Dirección de Empresas. Afincada en Barcelona, trabajó durante una década en compañías dedicadas al alquiler de propiedades.
Su contacto permanente con la colonia británica en España la llevó a cruzarse con el destacado defraudador fiscal Geoffrey Johnson, ahora de 78 años, quien la reclutó para una red integrada por una veintena de miembros distribuidos por todo el Reino Unido, desde Sussex hasta Escocia. La organización criminal estableció una red compleja de empresas que compraban teléfonos móviles libres de IVA en Europa y luego los vendían en el Reino Unido a precios más altos con impuestos incluidos.
Una vez vendidos los teléfonos, la empresa desaparecía sin abonar la cuota obligatoria al HM Revenue and Customs, el departamento gubernamental dedicado a la recaudación de impuestos. La estafa conocida como fraude MTIC aprovecha las lagunas de las normas del IVA en transacciones transfronterizas. Los defraudadores suelen generar miles de millones de euros en beneficios evitando el pago del impuesto o reclamando de forma fraudulenta su devolución a las autoridades nacionales.
Carrusel de empresas
En el caso del grupo de Sarah Gine Panitzke, la red organizó un 'carrusel' de empresas para generar un flujo continuo de dinero, lo que les permitía después 'reclamar' impuestos que de hecho nunca habían sido pagados, robando así dos veces al erario público. "En un momento dado, el grupo compró y exportó más teléfonos móviles en el espacio de un mes de los que se compraron o vendieron de forma real en todo el país", aseguró uno de los abogados vinculados con el caso a la revista 'Vice'.
Sarah era la encargada de blanquear los fondos a través de un triángulo trazado entre Dubái, España y Andorra. Mantuvo durante años una doble vida, manteniendo distintos trabajos y afincada en una comunidad privada de Vilanova i la Geltrú. En el año 2015, según ha informado este martes la Guardia Civil, el cuerpo pudo corroborar que se ocultaba en la localidad de Olivella (Barcelona), donde era visitada por su marido los fines de semana entre grandes medidas de seguridad. Apenas salía de su escondite para no levantar sospechas. Durante el operativo logró detectar la presencia policial, cambiar completamente su apariencia y escapar.
Finalmente fue localizada en el pequeño municipio de Santa Bárbara en el que se estableció un gran dispositivo con agentes de paisano en la mañana del 27 de febrero, consiguiendo detenerla cuando salía de su domicilio a pasear a sus perros. Durante este tiempo su condena se ha doblado después de que se le reclamara sin éxito la devolución de 2,4 millones de libras. La fuga de Sarah ha terminado.
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